Wednesday, November 01, 2006

World Press Photo

Desde mañana, en el Centro Cultural Borges

Un recorrido imperdible por las mejores fotos periodísticas

Se exhibirán más de 200 imágenes seleccionadas por el World Press Photo

Pocas veces más certero aquel viejo axioma de que una imagen vale más que mil palabras. Unas 200 historias –algunas públicas y cercanas, otras anónimas y remotas– se hilvanan en ese potente recorte sobre el devenir de todo un año en este planeta, como síntesis del 49° certamen del World Press Photo 2006, cuya muestra se inaugurará mañana, a las 19, en el Centro Cultural Borges (Viamonte y San Martín). Seleccionadas entre 83.000 imágenes de casi 4500 fotorreporteros de todo el mundo, la muestra, que recorrerá 90 países, reúne los trabajos premiados en diez categorías junto a otras imágenes destacadas y se exhibirá hasta el 3 de diciembre. El registro ungido como la foto del año correspondió al fotógrafo canadiense Finbarr O’Reilly, de Reuters, que al sintetizar la hambruna que asoló el año pasado a Níger, tras una prolongada sequía seguida por una plaga de langostas voraces, registró la mano desnutrida de un niño sobre la boca de su madre, refugiada en un centro ambulatorio para los afectados por la escasez de alimentos. La exhibición –una sucesión reveladora de instantáneas color y blanco y negro, capturadas en el momento preciso, como sostenía Cartier Bresson– conmueve, asombra, suscita interés y acerca pequeñas grandes historias junto con sucesos increíbles. Se muestra, por ejemplo, el incordio de poder dormir cómodamente en una prisión de Malawi, donde los reclusos hacinados –siete hombres por m2– se echan en el piso, de costado, porque no hay espacio para dormir de otra forma. "Para cambiar de posición a la noche, alguien avisa y lo hacen todos al unísono, para no aplastarse unos a otros", cuenta la curadora holandesa Elsbeth Schouten. Y agrega, a partir de esa imagen de un fotorreportero de The New York Times, que en ese país, donde siempre falta algo, 28 abogados y ocho fiscales atienden gratuitamente las demandas de 12 millones de habitantes. Los estragos de Katrina, el tsunami en Indonesia y la devastación del terremoto en Cachemira; los túneles secretos en Israel para proveer armamento a los palestinos; la identificación de cuerpos, diez años después, en Sbrenica; la contaminación con arsénico del agua corriente en India, la explotación infantil en Bangladesh; la odisea para que los inmigrantes africanos puedan pisar tierra firme en las islas Canarias, entre otros dramas conocidos, se entretejen con escenas más felices, insólitas o cotidianas. Allí están, por ejemplo, el salto ornamental accidentado de una deportista golpeando de lleno su frente contra el trampolín; la anciana que se agacha y se esfuerza para poder observar en primera fila una obra de Dalí; el gesto desafiante y recio de las Philly Roller Girls –maratonistas del patín en un certamen donde vale todo, incluidos los golpes a las contrincantes–; la trastienda de una clase de ballet, en Africa; la carrera en el medio del Sahara con vientos de 120 km por hora, y hasta la anatomía arqueada y perfecta de un nadador surcando las aguas. La fuerza de la emoción Pero las imágenes más movilizantes son aquellas que le descubren al visitante historias anónimas en dramas públicos. Imposible no conmoverse, por ejemplo, al ver cómo una viuda embarazada, esposa de un soldado muerto en Irak, apoya su vientre sobre el féretro de su marido. O ese otro instante íntimo, cuando improvisa una cama al lado de su ataúd, porque quiere, antes del sepelio, pasar la última noche con él. Otras fotos dan cuenta de dramas más silenciosos, como la explotación infantil que padecen cientos de niños-artistas chinos, obligados por su natural talento a copiar en serie y al detalle las creaciones de Van Gogh, que luego serán exportadas y vendidas en Occidente, hasta con la firma de ese genio atormentado.

No comments: